La cicatriz de cuando nos caímos de la bicicleta, la marca que aquel grano horrible nos dejó, los puntos de aquella operación, el costurón de la cesárea, la señal de la varicela… A lo largo de nuestra vida vamos acumulando marcas y cicatrices en nuestro cuerpo, algunas solo nosotros sabemos que están ahí, otras son más evidentes y pueden que nos resulten desagradables estéticamente hablando. A veces nos tiran y pican aunque haya pasado el tiempo.
¿Por qué se forman las cicatrices?
¿Por qué a veces cicatrizamos mal?
¿Cómo podemos cuidar la cicatriz de una herida, de una quemadura, de una intervención o del acné para que no nos dejen marca?
¿Se pueden eliminar las cicatrices? Estas son algunas de las preguntas que intentamos contestar en este artículo, si tú también piensas que las historias las tienes que contar tú y no tu piel, ¡sigue leyendo!
Cómo se forman las cicatrices
Durante el proceso de curación se suceden 4 etapas: hemostasia, inflamación, proliferación y remodelación tisular. Durante la etapa de proliferación se produce la angiogénesis o creación de la nueva red de vasos sanguíneos en la zona. Se produce también la generación de la nueva piel o re-epitelización y la formación de tejidos. En todos estos procesos intervienen numerosas sustancias.
Una cicatriz puede ser prácticamente imperceptible, es decir, de un color semejante a la piel que la rodea, plana, lineal y flexible o convertirse en una cicatriz patológica, roja, con relieve, rígidas y que pueden causar picor, dolor y contracturar la piel de alrededor. Que cicatricemos de una u otra manera se debe a un fallo en la etapa de proliferación, lo que genera una sobreproducción de tejido cicatricial y una acumulación desorganizada de colágeno, proteínas y factores inflamatorios y de crecimiento en la zona 9.
El proceso de curación de heridas no es tan perfecto como cabría desear ya que, en lugar de regenerar completamente la piel, lo que ocurre es que se forma una cicatriz.
Una cicatriz se define como una alteración permanente de la piel debido a un daño infligido a la misma. Las cicatrices son distintas de la piel circundante en cuanto a color, grosor, elasticidad, textura y grado de contracción. No tienen vello, ni células formadoras de pigmento ni glándulas sebáceas. Todos estos elementos hacen que estas marcas permanentes llamen la atención, puedan resultar antiestéticas e incluso deformantes, y tengan profundas repercusiones funcionales, cosméticas y psicosociales.
Tras una intervención o un accidente o simplemente una caída, mucha gente se preocupa por la cicatriz que puede quedarle 10.Verse una cicatriz todos los días puede generar depresión o ansiedad y afectar a nuestra autoestima 6.
Las cicatrices hipertróficas aparecen a los pocos meses y disminuyen su tamaño al cabo de dos años. Suelen contracturar la piel adyacente limitando el movimiento, “nos tiran”. Además pueden doler, si se dañó algún componente del sistema nervioso, o pueden picar. Y ese picor resulta molesto ya que perdura años. Las cicatrices hipertróficas no se extienden más allá de los bordes de la herida original. Al cabo de dos años se observa una disminución de su tamaño. Son típicas de quemaduras y del acné.
Los queloides son protuberancias redondas, rosas o púrpura y brillantes que se extienden más allá de los bordes de la herida. Suelen aparecer en los hombros, los brazos y las orejas. Tardan años en formarse y son comunes en gente de piel oscura.
El mejor tratamiento para una cicatriz hipertrófica o un queloide es la prevención. Cuida bien tu herida y tu cicatriz durante los primeros seis meses y extrema las precauciones hasta los dos años.
Qué factores pueden favorecer una cicatrización antiestética
Si todo va bien durante la curación de la herida y cuidamos correctamente la cicatriz durante los primeros meses, lo normal será que cicatricemos correctamente. Sin embargo, si algo altera el proceso de curación, como una infección, el delicado equilibrio necesario para una correcta cicatrización se alterará, y se empezará a acumular tejido y proteínas de manera desorganizada generando una cicatriz hipertrófica o un queloide. Entre el 5 y el 15% de las heridas pueden desarrollar una cicatriz queloidea.
Además hay diversos factores que pueden condicionar el resultado de la cicatrización. En esos casos, deberíamos extremar los cuidados:
- El tamaño y la localización. Obviamente, heridas grandes, en zonas visibles generarán cicatrices más llamativas.
- Tenemos que tener especial cuidado con las heridas profundas pues son en las que se pueden desarrollar malas cicatrizaciones. Al dañar las capas profundas de la piel 1, la respuesta de nuestro organismo para curarse es más exagerada y se genera un estado de inflamación, durante el cual se acumulan colágeno y otras proteínas, lo que puede desembocar en una mala cicatrización y originar cicatrices hipertróficas y queloides
- La edad de la persona, conforme envejecemos cicatrizamos peor 3.
- La genética. Si hay casos de cicatrices antiestéticas en nuestra familia o nosotros mismos las tenemos, el riesgo de desarrollarlas es mayor.
- Ser mujer. El sexo femenino predispone a la formación de queloides.
- Padecer enfermedades que dificultan la curación de las heridas como la diabetes o el alcoholismo.
- No llevar una dieta equilibrada. Una dieta rica y variada es fundamental para asegurar los aportes necesarios de vitaminas y minerales para la síntesis de colágeno.
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